Arraso
Otra vez él intenta sentir y reflejar en español. Ese idioma tan hermosamente expresivo y sonoroso. Y se pregunta, aunque la respuesta se conoce, ¿cómo puede ser que he perdido, no solamente la capacidad de expresión, sino de sensación?
Pero no se perdió. Ni se robó. Se arrasó.
O se desgastó. Por unos breves instantes tanto se sintió que quizás nada quedó cuando en un instante, todo se acabó. Pero la probabilidad es que lo que se imaginó nunca existió. Y que cuando eso se entendió, … pues, … nada más quedó.
En el sereno de la noche naciente, los sonidos son pocos pero exagerados. Las memorias de los colores del atardecer resuenan en los ecos de memorias recientes, pero esas memorias aparecen solo en grises, quizás, … con recuerdos de blancos y negros.
¿Como se pudo haber equivocado en manera tan profunda?
Pues, … para todos así es el engaño.
¿Que lo hizo pensar que él era tan especial? ¿O que ella lo era? ¿O que la relación que él imaginaba era merecida? ¿O que ella era quien él creía? Pero no se perdió. Ni se robó. Se arrasó.
Otra vez él intenta sentir y reflejar en español, ese idioma tan hermosamente expresivo y sonoroso. Y se pregunta, aunque la respuesta se conoce, ¿cómo puede ser que se ha perdido, no solamente la capacidad de expresión, sino de sensación? Pero no se perdió. Ni se robó. Se arrasó. ?
Así es. No se perdió. Ni se robó. Se arrasó.
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© Guillermo Calvo Mahé; Manizales, 2016; todos derechos reservados